Hola a tod@s,
tras la entrada dedicada a la reflexión sobre el Congreso de Literatura Romántica celebrado en A Coruña y el estado de este género literario a principios de mes, he decido escribir sobre las vacaciones y sus implicaciones.
Primera parte por qué he disfrutado de quince maravillosos días y en dos semanas más inicio una segunda quincena sin tener que pensar en ir a trabajar.
Eso no quiere decir que ese tiempo libre lo dedique a estar tumbada en una hamaca dormitando o leyendo. En el fondo, a no ser que tengamos algún viajecito programado, nos dedicamos casi a trabajar más que cuando tenemos que responder ante nuestras responsabilidades laborables.
Dejamos para esos días todo lo que no podemos o no tenemos ganas de hacer durante otras épocas, como ir al dentista, al médico, cuidarnos a nivel estético etc, etc. Por lo que puedo decir, que casi necesitamos una semana más solo para recuperarnos de todo lo que hemos hecho.
Tengo un calendario en la cocina que estaba más lleno de eventos y citas ahora, que casi durante el resto del año.
De todas formas, ha sido muy satisfactorio el tener tiempo para poder dedicar a los amigos y familia, incluso a viajar, aunque hayan sido poquitos días, y a llevar una vida sin tener horarios fijos que a veces nos limitan de hacer cosas que en otros momentos querríamos hacer.
Cuidar de las plantas como se merecen, airear esos armarios en los que acumulamos todo tipo de cosas. y que un día te da ese impulso irrefrenable de que tienes que organizar y deshacerte de aquellos trastos que solo ocupan lugar y que, como con la ropa, guardamos por si acaso.
Lo mejor sobre todo, ha sido el poder estar con mis seres queridos, y el pensar que en los próximos días de vacaciones voy a ver a parte de ellos que en julio no he podido. Amigos que hace más de un año con los que solo he contactado vía telefónica y que cuando nos encontremos será como si nos hubiéramos visto el día anterior, manteniendo ese feeling que hace que la amistad sea una fuente importante de energía y que llenan nuestras almas de una manera inimaginable.
Los días pasan y estamos tan centrados en el día a día, que todas estas situaciones excepcionales dan la sensación de que el tiempo transcurre de una manera muy diferente, parece que la alteración de la rutina nos hace vivir todo con mucha más intensidad, distrayéndonos de las situaciones en las que a veces nos perdemos y que no siempre son agradables.
Siempre pienso que uno de los mejores momentos de la vida es la tertulia que se produce después de esas geniales comidas o cenas con amigos o familiares. Con un poquito suerte en el mes de agosto podré acudir a la playa, que si no recuerdo mal, hace ya tres años que no piso y tengo como objetivo que al menos un día me dedicaré a disfrutarla.
El viaje a A Coruña fue genial, el reencuentro con amigas, que hacía años que no veía, fue indescriptible, prometo que no volverá a pasar, de alguna manera este otoño hay que buscar el tiempo para volver a vernos.
Recomiendo, a las personas que puedan, que efectúen el viaje en el tren hotel, una experiencia increíble ya que por desgracia, desde mi ciudad a Galicia el viaje es largo y vale la pena hacerlo de noche. Además, creo que el tren de Barcelona a A Coruña es el único que queda en España que tiene este servicio, el AVE ha hecho que las distancias y los tiempos cambien, pero el encanto de un viaje lento en tren leyendo un buen libro puede ser una genial vivencia.
Para terminar quiero recomendar dos series estupendas para leer este verano: Serie Hermanos Mackenzie de Jennifer Ashley y Reapers MC de Joanna Wylde. Una serie es histórica y la otra contemporánea, muy diferentes pero a la vez maravillosas, cada una dentro de su categoría.
Saludos.
Con lo que me gusta a mi un Reaper y el último me ha dejado fría...
ResponderEliminarHola Bela,
ResponderEliminarmuchas gracias por tu comentario...ains..siento haber tardado en contestar...pero entre un poco de curro y nuevas vacaciones...he estado un poco desconectada...a ver cómo nos sale el próximo Reaper....
Besis