martes, 28 de abril de 2015

Serie Lover Tygrain de Kelly Dreams



Hola a tod@s,
tras la resaca que tenemos de la celebración la semana pasada del día del libro, una jornada para nosotros muy emotiva y bonita, vamos a retomar la entrada del martes al blog con una reseña sobre la Serie Lover Tygrain de mi querida Kelly Dreams, autora de la que soy fan incondicional.

El primer libro de la serie es «Amante & felino», en este relato la autora nos presenta a la raza de los Tygrain mientras nos cuenta la historia de Markus y Lexa. El protagonista es el hermano del líder de los Tygrain que son una raza de cambiantes, él se siente diferente a los demás y no del todo aceptado dentro de la manada por una particularidad que no os voy a contar. Lexa está en un banco cuando la atrapan como rehén, Markus es quien la libera y comienza su lucha interna por no reclamarla, ya que la ha reconocido con su mitad. Los Tygrain están destinados a una sola mujer y una vez la encuentran ya no existe otra en sus vidas. Pero nuestro protagonista es muy cabezón y no quiere aceptar su destino y en el trascurso de su relación va a causar mucho dolor a Lexa y a él mismo.
Una historia de romance paranormal que os atrapará desde el principio, es uno de los primeros escritos de la autora pero conforme vas leyendo los tres relatos te das cuenta de la evolución que realiza en sus escritos.

El segundo libro es «Cuando aprendas a amarme», aquí nos cuenta la historia de Nick y Mónica. Nuestro protagonista es el segundo al mando del líder, y durante la boda de Markus y Lexa, Mist la chamán del clan, le da un mensaje enigmático. Ella ya aparece en el primer libro y cuando los hombres la ven acercarse, tiemblan por qué ya saben lo que se les viene encima, están a punto de encontrar a sus parejas.
Mónica es veterinaria y amiga de Lexa, lo último que esperaba era que Nick acudiera al club tras la boda, allí la habían arrastrado sus acompañantes para una noche de chicas. Ella estaba enamorada de él desde que lo conoció, pero Nick nunca se había fijado en ella hasta esa noche.
En este segundo relato, la autora nos presenta a un personaje que no sabe nada del amor pero que está dispuesto a cumplir con su compañera y a una mujer enamorada que no acepta que él no la ame, por lo que cuando él le dice que lo intentará establecen una relación a distancia intentando conocerse, ya que se han emparejado sin saber casi nada el uno del otro.

Y para terminar la trilogía tenemos «Sedúceme si te atreves», debo reconocer que todas me han gustado, pero esta  me encanto. Tanto el personaje masculino como el femenino, son especiales.
Al contrario que sus compañeros de raza, Jacques está encantado con la idea de encontrar a su pareja, así que cuando Mist le deja su mensaje va directo a buscarla. Becca es amiga de Lexa y con quien compartía casa hasta que se casó. Una mujer fuerte que ha sobrevivido al engaño de un hombre y a un accidente que la dejaron postrada en una silla de ruedas. Ella dirige una galería de arte y tiene que defenderse de su antiguo novio que la está acosando para conseguir de malas maneras algo que ella posee. 
Jacques quiere protegerla, pero ella se niega a tener ninguna relación con él a pesar de que es conocedora de la raza y más o menos cómo funcionan a nivel de parejas. Él es un encanto y a ella le cuesta dejarse querer a pesar de lo que siente por Jacques.
Cien por cien recomendable la serie, solo quiero puntualizar que a pesar de que tenemos breves pinceladas sobre la historia de Mitia y Jasmine, no le perdono que no tengan su propio libro.
Agradecer la dedicatoria que me hizo en el tercer libro a Kelly que es un cielo de mujer y una gran escritora con una imaginación desbordante.






Libro 1: Amante & felino.

Lo último que necesitaba Markus era una compañera, su vida ya era lo suficiente complicada sin tener que añadir una mujer a tal ecuación, y cuando esta apareció en su camino bajo una apariencia sosa y más bien anodina supo que su destino estaba sellado. No importaba que él no deseara una compañera, que intentara alejarla con cada aliento, al final del día eran sus instintos los que mandaban y estos solo la deseaban a ella. 
Lexandra no podía creía que el día pudiese ir a peor, en cuestión de horas había sido despedida de su trabajo, utilizada como rehén en el atraco a una pequeña sucursal bancaria solo para ser salvada in extremis por el hombre más extraño y dominante que hubiese conocido, el único capaz de incendiar su pasión con tan solo una mirada. 
Atada a Mark por una estúpida marca en su cuerpo, deberá luchar por liberarse de ese increíble hombre o rendirse a sus caricias. 
Cuando el felino ronronea, la pasión llena el aire...




Libro 2: Cuando aprendas a amarme.

Todo lo que Nickolas necesitaba se encontraba en la enorme plantación de Virginia dónde el clan Tygarian se había instalado. Como segundo de la manada y administrador de la propiedad poseía su propio espacio, la compañía femenina nunca le faltaba y vivía de acuerdo sus propias reglas… y seguiría haciéndolo si un inesperado encuentro en un Club de la ciudad no hubiese cambiado su vida por completo. 
Él no deseaba una compañera, pero cuando captó el delicioso aroma a menta en medio de la noche supo que estaba perdido y que nada de lo que hiciera podría evitar que la reclamase. Después de todo, no había ninguna cláusula que dijese que tuviese que quedarse con ella una vez la reclamase, ¿no? 
Para Mónica las visitas a la Plantación Berkley se habían convertido en un momento único para conocer más la naturaleza Tygrain. Hacía un año que había descubierto su existencia cuando el jefe de la manada de Virginia apareció y sedujo a su amiga. En aquel momento se abrió ante ellas un mundo del que ninguna había oído hablar y que solo encontrarse en los cuentos. 
Como veterinaria del Zoo Metropolitano de Richmond, la oportunidad de estudiar y contemplar esta nueva raza en su propio medio fue como sacarse la lotería… o lo habría sido, si una noche no terminase espatarrada en el suelo de un Club nocturno, mostrando las bragas a un hombre irresistible y peligroso que estaba dispuesto a reclamarla como su compañera, el mismo que en todo el tiempo que llevaba visitando la mansión, no la miró ni una sola vez. 
Atrapados en el más ardiente de los deseos, ambos tendrán que jugar bien sus cartas si desean conservar la cordura y sus corazones.




Libro 3: Sedúceme si te atreves

Llega por fin la tercera entrega de la serie Lover Tygrain. 
Para la mayoría de los tygrain, encontrar una compañera puede resultar el fin de su libertad, pero para Jacques Green es un sueño hecho realidad. Él quiere una compañera, una mujer a la que amar y cuidar… pero el destino le tiene reservado el mayor de los desafíos: una mujer sentada en una silla de ruedas y con una escopeta de caza entre las manos que no tiene la más mínima intención de caer rendida a sus pies. 
Rebecca Martínez disfruta de una vida hecha a medida. Anticuaria de profesión y dueña de una galería de exposiciones, no alberga otro deseo que ver crecer su negocio y disfrutar de aquello por la que ha luchado. Pero cuando un atractivo tygrain irrumpe en su galería y en su vida dispuesto a reclamarla como compañera, sabe que su independencia y cotidianidad están a punto de sufrir un revés. Becca hará hasta lo imposible por mantenerse firme y no sucumbir ante el sexy y cariñoso hombre que viene dispuesto a seducirla y conquistar su corazón. 
Cuando un tygrain sale de caza, el juego de seducción da comienzo. 


Saludos.

martes, 21 de abril de 2015

Celebremos el día del libro




Hola a tod@s,
la verdad es que iba a dedicar la entrada a hacer una nueva reseña, pero entonces recordé que el jueves es nuestra fiesta, sí el día del libro, celebración para lectores, escritores, editores y toda la maquinaria que envuelve el mundo de la lectura, así que he decidido compartir con vosotros una de las pequeñas historias que aparece en «Píldoras románticas», el recopilatorio del que estoy muy orgullosa y que el próximo mes de mayo va a cumplir un añito. Espero que disfrutéis con esta píldora. 
Por cierto, durante esta semana las chicas de ARI tenemos nuestros ebooks a 0,99, una oportunidad que no os podéis perder.


¡¡¡Feliz día del libro!!!




Segundas oportunidades.


«No puede ser, no puede estar pasando», pensaba Stefan mientras se pasaba las manos por el cabello, que se le había soltado de la cinta con la que normalmente los llevaba recogidos. Sentado en la antesala del quirófano, esperaba que el médico saliera y le trasmitiera noticias. Hacía dos horas que Mary estaba allí dentro.
Estaba siendo intervenida a corazón abierto y no había garantías de que sobreviviera; los cirujanos habían hablado muy claro, dándole muy pocas esperanzas.
No era esto lo que esperaba cuando solicitó al organizador del concierto del Carnegie Hall que quería a Mary MacMillan como directora de la representación para violín y orquesta Nº1 - Opus 35, de Tchaikovsky, que iban a ofrecer la noche de Navidad para recaudar fondos y destinarlos a la
investigación sobre el SIDA.
Otros compañeros que apreciaban a la joven también esperaban. Mary, tan llena de vida, trasmitía fortaleza a pesar de ser bajita y delgada, con una estructura ósea delicada, ojos almendrados y una larga cabellera castaña recogida en un moño, del que siempre se le soltaba algún que otro mechón.
Recostado en la silla, apoyó la cabeza contra la pared, cerró los ojos y esperó.


Nueva York, seis años atrás.

Mary afinaba su violín en la sala de audiciones cuando él apareció por la puerta. Stefan Lowenstein entró caminando con la seguridad que le daba saber que era el joven con más talento de su generación. Pasos largos y decididos. En la mano derecha llevaba el estuche de su preciado violín. Alto y delgado, de constitución fibrosa, se había recogido el pelo; parecía molestarle cuando tocaba con la energía y pasión que le caracterizaban.
No estaba enamorada de él, como muchas de sus compañeras, pero sí le admiraba; tarde o temprano se convertiría en un virtuoso de ese instrumento, que interpretaba con gran vehemencia y destreza.
Coincidían en un par de clases en el conservatorio, pero salvo educados saludos, nunca habían establecido ninguna conversación.
Aquel día fue diferente. Él se sentó a su lado y, cuando sacó el violín para afinarlo, igual que estaba haciendo ella, pareció darse cuenta de que tenía una cuerda rota. No tenía otra de recambio.
— ¿No tendrás una cuerda de sobra? —le preguntó cuando ella terminó de preparar su instrumento.
—Sí, claro. —Ella abrió el estuche, sacó una y se la tendió, mientras le sonreía. Le gustaba ser agradable, por eso siempre estaba dispuesta a ayudar.
Estaba segura de que él nunca se había fijado en ella, pero durante el segundo que duró la transacción de la cuerda, por primera vez tuvo la sensación de que sí la veía.
No volvieron a decirse nada más ese día, la clase dio comienzo y, una vez finalizada, cada uno siguió su camino.
Dos días más tarde, mientras tomaba un té en una cafetería cercana al conservatorio, él entró, la vio y se acercó a su mesa.
— ¿Te importa que me siente contigo?
—No claro, así me haces compañía hasta que sea la hora de ir a clase. —Y le señaló la silla vacía a su lado.
Tras ese pequeño gesto iniciaron una conversación que les llevó a establecer una relación que, en un principio, fue de amistad pero que, una noche, estando todavía en una de las aulas de ensayo, tras acabar de realizar un difícil ejercicio con sus instrumentos, se trasladó a un plano mucho más íntimo.
Él la besó. Le atrapó la cara con aquellas manos tan estilizadas y finas y la besó con pasión, como cuando tocaba, trasmitiendo todo lo que sentía
Al principio ella se quedó quieta y con una ligera sensación de estupefacción, pero tras la sorpresa inicial, ambos profundizaron el beso. Las sensaciones se dispararon, sus lenguas danzaban degustándose, jugando y conociéndose. Él mordisqueó suavemente su labio inferior y después lamió delicadamente la zona donde le había mordido. Luego ladeó la cabeza hacia la derecha, para acceder mejor al interior de su boca, y le pasó la lengua por los dientes. Ella pensó que su sabor era adictivo.
Con las respiraciones agitadas se separaron para mirarse fijamente; ninguno necesitaba palabras para decirse lo que sentían en esos momentos. Recogieron sus instrumentos y, cogidos de la mano, se dirigieron a su apartamento, que estaba situado dos calles más abajo.
Atravesaron la puerta y dejaron los estuches en el suelo del pasillo. Ella le condujo hasta el dormitorio, donde encendió una pequeña luz que tenía en la mesita de la izquierda de la cama, proporcionando a la estancia un ambiente suave y acogedor. Su habitación hablaba de su forma de ser.
Colocándose uno frente al otro se desnudaron con calma, explorándose, conociéndose. Él aprovechaba cada vez que le quitaba una pieza de ropa para tocarla y sentirla. No había vergüenza, solo excitación; no era la primera vez para ninguno de los dos, pero sí la primera entre ellos y eso le producía sensaciones difíciles de valorar. Habían pasado de la amistad al sexo en un solo momento. El beso había sido el detonante.
Pero ya pensaría en ello más tarde, aquel era el instante de sentir. Volvieron a besarse y se tumbaron en la cama. Stefan desplazó su boca hasta sus pechos, chupándolos, excitándolos, jugando con sus pezones, que se habían puesto duros como pequeños diamantes, enviando pequeñas descargas que le llegaban hasta el centro de su feminidad. Se recreó en ellos, no parecía tener prisa. Tenía la sensación de que le encantaban y que no tenía intención de saciarse en breve.
Ella le acarició la espalda y el torso. Su mano vagó hasta llegar al pene, duro y largo. Lo acarició e inició un suave movimiento de arriba abajo, excitándolo más, mientras él exploraba los suaves pliegues de su sexo, buscando el clítoris.
Estaba muy húmeda. Stefan encontró el centro de su placer y se dedicó a tocarlo hasta que sus jadeos aumentaron la frecuencia.
Estaban preparados. Stephan se colocó entre sus piernas y, obligándola a apoyarlas sobre sus hombros, la penetró de un solo envite.
Ella gimió. Se sentía invadida por completo y aquello le proporcionaba un gran placer; era como si hubiera estado vacía hasta ese momento y la complementara. Se movieron al unísono, en un eterno in crescendo. Sus cuerpos tensos y sudorosos llegaron a la liberación final. El orgasmo, rápido e intenso, les dejó agotados y desmadejados uno sobre el otro.
Stefan se apartó, parecía pensar que pesaba demasiado para estar encima de ella, así que se recostó en la cama, arrastrándola a su lado, la abrazó y le susurró palabras cariñosas, mientras le acariciaba la espalda.
Con la cabeza sobre su torso, ella escuchaba cómo su corazón, poco a poco, iba volviendo al ritmo normal, al mismo tiempo que sus respiraciones. Se durmieron en pocos segundos.
Desde aquella mágica noche no volvieron a separarse. Él se trasladó al piso de ella e iniciaron una vida en común.
Dos años después decidieron casarse, una ceremonia íntima con un par de amigos como testigos; ambos carecían de familiares cercanos, por lo que casi se trató más de un trámite burocrático que de otra cosa; ya se sentían unidos sin que mediara ningún tipo de papel oficial.
Pero todo cambió a raíz del día que Stefan consiguió el primer concierto importante de su carrera.
Este punto tan importante en la carrera de él, y en sus vidas, trajo consigo modificaciones, algunas de las cuales ya se habían iniciado sin que ellos se percataran siquiera.
Ella cambió el violín por la dirección de orquesta, le gustaba más y sentía que era realmente lo que quería hacer. Él se encerró en sus ensayos y, conforme su carrera y su fama crecían, mermaba el íntimo nexo entre ellos.
Durante un tiempo ella intentó luchar por la relación, pero Stefan se volvió intratable y egoísta. Se veían poco y el escaso tiempo que pasaban juntos era solo para discutir.
Una noche, tras una fuerte pelea, ella abandonó el piso dando un portazo mientras le gritaba desde el descansillo de la escalera que solicitaría el divorcio. Él no la creyó. Al día siguiente debía viajar a Londres y ella estaba segura de que se fue convencido de que, cuando volviera, lo arreglarían.
Se equivocó.
Días más tarde, cuando él regresó, se encontró que las cosas de ella ya no estaban allí; se había llevado la ropa y cuatro objetos personales, lo demás lo había dejado atrás, como a él. También se encargó de que no pudiera localizarla, nadie sabía cuál era su paradero. Pasó el tiempo y, un año más tarde, le envió por correo los papeles del divorcio firmados ya por ella; solo faltaba su rúbrica y ambos serían libres.
Pasó el tiempo y la carrera de ella también despegó, era de las mejores en su categoría y todos querían tocar bajo su batuta. Durante tres años nunca coincidieron, ambos se ocuparon de no hacerlo. Y en todo ese tiempo, Stefan nunca le había devuelto firmados los documentos y ella tampoco se los había reclamado.
A Stefan madurar le costó tiempo, pero darse cuenta de lo que había perdido, todavía más.
Cuando solicitó que Mary se encargara de la dirección de aquel concierto, no estaba seguro de si ella aceptaría. Sabía que llevaba sin pisar un escenario desde hacía varios meses y pensó que se estaba tomando un descanso, así que se alegró de que finalmente aceptara.
El primer encuentro entre ellos, tras todo aquel tiempo que llevaban separados, estuvo protagonizado por los nervios y la buena educación. Se encontraron en uno de los despachos de la dirección del Carnegie Hall, hablaron sobre el programa y decidieron qué orquesta sería la encargada de tocar con Stefan.
Al salir de allí, él la invitó a tomar un café. Y, cuando pensó que lo rechazaría, ella aceptó.
Sentados en aquella bonita cafetería neoyorquina, hablaron. Habían cambiado mucho ambos, los dos habían madurado así que volvieron a retomar viejas conversaciones que tenían pendientes.
Pasaron los días y, entre ensayos y cafés, ambos reiniciaron una relación que había cambiado pero que contaba con unos sentimientos más fuertes. Se habían echado menos, pero ambos debían evolucionar y estando juntos nunca hubieran podido hacerlo.
Un día él observó que Mary cada vez estaba más pálida y se cansaba con facilidad, pero ella nunca se quejaba a pesar de los agotadores ensayos.
Y llegó la noche de la representación. Antes de salir al escenario, él le regaló un ramo de flores silvestres, sus favoritas, y le pidió que volvieran a vivir juntos ya que nunca había firmado los papeles del divorcio. Ella accedió.
El concierto fue un éxito total, pero al retirarse del escenario, ella perdió el conocimiento. En el hospital le informaron de algo que ella le había ocultado; tenía una grave dolencia cardíaca y tenía que operarse.
Así que allí estaba, en aquella sala de espera.
— ¿Mr. Lowenstein?
—Sí. —Se levantó como un resorte.
—Todo ha ido mucho mejor de lo que esperábamos, podrá verla durante unos minutos. Estará sedada hasta mañana.
Él se dejó caer en la silla con gran sensación de alivio. Los compañeros se acercaron a interesarse por lo que le había dicho el facultativo.
Mientras les explicaba solo podía pensar en que tendrían una segunda oportunidad.

Saludos.




martes, 14 de abril de 2015

«El último riesgo» de Kristel Ralston




 Hola a tod@s,
un nuevo martes y una nueva entrada. Decir que por la vista «entran las cosas», es un dicho muy acertado. Las portadas que nos ofrece la ilustradora Alexia Jorques, son en general muy atrayentes y dicho esto, esta semana vamos a hablar de una novela a la que también le ha hecho la portada, «El último riesgo» de Kristel Ralston.
Este es el primer libro que leo de esta autora y no va a ser el último. Es el primero de una serie llamada Match Point, que creo constará de otros dos, más o menos por lo que se intuye en su lectura.
Colette es una mujer que ha luchado mucho por ser periodista en contra de lo que su familia esperaba de ella, que era que se dedicara a la empresa familiar. Finalmente tiene la oportunidad de ser la directora de un programa de radio en el que vuelca toda su ilusión y trabaja duramente. Lo que no sabe es que se va a encontrar con un famoso ex-jugador de tenis que acaba de perder su programa de deportes en la televisión.
Desde el principio se sienten atraídos el uno por el otro, pero la fama del presentador le precede y Colette es muy cautelosa. Tras varias idas y venidas establecen una relación en la que Jake, nuestro protagonista, no es del todo sincero con ella.
Asuntos familiares inesperados desestabilizan a Colette que debe enfrentarse a ellos, mientras Jake intenta no enamorarse de Colette llegando a extremos que le harán mucho daño a nuestra protagonista. Él tiene sus secretos y una mochila emocional importante que le impedirán ver la maravillosa relación que tiene con Colette y lo que la ama. 
Una historia amena que os enganchará y en la que nos presenta a unos secundarios muy jugosos que espero pronto nos den la alegría de poder leer sus historias.
Muy recomendable, la autora tiene varias novelas autopublicadas, además la editorial Zafiro perteneciente al grupo Planeta le publicó la novela «Bajo tus condiciones», y la editorial Harlequín no hace mucho editó «Regresar a ti»,  así que si os animáis a leerla podéis encontrar que posee una bibliografía que llenará vuestra curiosidad sobre sus historias.

Comentaros también que la próxima semana, para celebrar el día del libro, las chicas de ARI pondremos nuestros ebooks a menos de un euro, os animo a que nos conozcáis. 

Sinopsis:

Colette está cansada de ser la oveja negra de su familia, es decir, el proyecto fallido del prestigioso matrimonio Kessler. Ahora, más que nunca, está dispuesta a demostrar su valía profesional como periodista. Cuando le llega una oportunidad laboral, acepta jugárselo todo. Pero no cuenta con reencontrarse con la única persona capaz de confundirla lo suficiente para echar por tierra su determinación de alejarse de aquello que todos llaman tentación. Sin embargo, lo más difícil será lidiar con un gran secreto que llegará para desequilibrarla, dejándola confusa y vulnerable. 

Una carrera prometedora que terminó abruptamente, un físico que deja boquiabiertas a las mujeres, y una determinación de acero, son las marcas distintivas de Jake Weston, un afamado tenista californiano. No se toma ninguna relación en serio, en especial desde la traición de su ex prometida. Cuando el programa de televisión que conduce es cancelado de repente, su vida pierde el Norte. Pero el destino es curioso, y pone en su camino a la única mujer que su memoria no ha sido capaz de olvidar. Solo hay un ligero detalle. Colette lo detesta, y él, la desea. Después de todo, parece que el pasado ha llegado para cobrar una deuda pendiente. 


Saludos.

martes, 7 de abril de 2015

«Romance extremo» de Álvaro Ganuza


Hola a tod@s,
ha pasado la Semana Santa como una exhalación, y en este martes de vuelta a la rutina vamos a comentar la novela contemporánea autopublicada del escritor Álvaro Ganuza, «Romance extremo».
Reconozco que me animé a leer el libro tras haber visto un comentario en el facebook de Yolanda Revuelta, mi compi de ARI. La portada es de Alexia Jorques y conocía  la novela porque aparece mucho por mi twitter, aunque desconocía de que trataba.
Bien, pues he de decir que la leí de un tirón. Es rápida y amena, escrita en primera persona en la primera parte nos relata la historia la protagonista y en la segunda parte, lo hace el protagonista.
Aunque se ve venir un poquito, el ritmo es muy bueno y me sorprendió gratamente que un autor mezclara la temática del suspense y el romance de manera que los ingredientes fraguaran de tal manera que al final te sientes satisfecha. 
Es de esas historias que llenan. Ubicada entre Valencia y Madrid, nuestros protagonistas se conocen cuando ella lo encuentra tirado en una carretera. Le han dado una paliza y ella decide llevarlo a su casa.
El padre de nuestra protagonista es muy protector con ella, ya que se dedica a negocios nada legales y tiene un importante cuerpo de seguridad tanto en su casa como cuando ella sale con sus amigas. La historia de amor entre ambos surge desde el principio y él acaba siendo su guardaespaldas.
Acontecimientos posteriores truncan la relación entre ellos y durante un tiempo ella desparece, cuando vuelven a encontrarse nuestro protagonista no ceja en su empeño en que vuelva con él y en salvarla de quién sabe solo le va a provocar problemas.
No puedo explicar mucho más porque si no, voy a destripar la historia. Os enganchará desde el principio, diálogos rápidos y naturales.
El autor tiene dos novelas más autopublicadas: «En linea con Amber» y »Soy mujer y soy Wahari», ambas con portadas de Alexia, por si os animáis a leerlas y os gusta su estilo.


Sinopsis:

Hay romances a primera vista, de verano, dañinos, prohibidos, platónicos, eternos... Hay romances que son y romances que no pueden ser. Y los hay que cuentan con una parte de todos los anteriores, los que empiezan por causas radicales y florecen como el mayor y verdadero amor. Los que, aun teniendo todo en contra, luchan por superar las barreras y trabas. 
A estos se les conoce como... Romance Extremo. 

¿Arriesgarías la vida por el amor verdadero?


Saludos.