Hola a tod@s,
he de deciros que esta semana iba a hacer una entrada hablando sobre la última novela publicada de Lisa Kleypas, «La cueva de cristal» y su serie Friday Harbor, pero me siento más reflexiva que no reseñadora. Las dos entradas de las semanas anteriores, me han hecho recordar un tema que desde hace meses le vengo dando vueltas a la cabeza, y ese tema es: LA LEALTAD.
Sí, la lealtad con mayúsculas.
Pongamos la definición de la palabra, según la RAE uno de sus significados es: cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor y hombría de bien, pero también encontramos en otros libros:
1 Firmeza en los afectos y en las ideas que lleva a no engañar ni traicionar a los demás
2 Comportamiento de una persona o animal que guarda la máxima fidelidad, que no engaña.
Y ahora os preguntaréis del por qué de esta entrada, bien pues como ya os he mencionado desde hace unos meses, me he dado cuenta de que hay mucha «deslealtad» al rededor de las personas.
Las personas, en general, actuamos de buena fé con los amigos y con la gente que nos rodea, pero pasa el tiempo y te das cuenta de que todo ese buen rollito se viene totalmente abajo, cuando ves que actúan como garrapatas y hasta puedo aventurarme a decir, que también, como vampiros de la mente. He visto como a amigas mías les han «chupado la sangre» de la mala manera y encima les hacen quedar como las malas de la película.
En este mundo ya no éxiste la lealtad, el no traicionar a la gente que te rodea y el honor, parece ser, que por cuatro duros, en esta vida todo vale. No entiendo esa actitud en la gente. ¿De qué les sirve?¿De verdad ganan algo traicionando a la persona que les ha tendido la mano por unas monedas? ¿En qué sociedad vivimos que se están perdiendo los valores fundamentales?
Creo en la coherencia, no puedo tender mi mano hacia la que sé ya ha traicionado antes, por que, estaréis de acuerdo conmigo en que a la corta o a la larga, a mí también me llegará a traicionar, además de ya haber hecho daño a alguien a quien aprecias, no, no se puede tender la mano al traidor.
¿Me estoy metiendo en camisa de once varas? ¿Tendría que haber hecho la reseña del libro de la Kleypas y no expresar mi opinión? No, estoy tranquila, porque es al revés, si no hago esta entrada, exploto.
Las cosas hay que intentar hacerlas bien hechas, si las personas tuviéramos claros los conceptos, otro gallo cantaría. Lealtad, honor, respeto y coherencia con tus opiniones y tus actos, esa sí que tendría que ser nuestra filosofía y no el vendernos por cuatro euros.
Gracias por leerme, creo que estamos perdiendo el rumbo y en vez de madurar y crecer mentalmente, parece que estamos volviendo a jugar a las casitas.
Seriedad y sinceridad, sin ofensa, que las cosas se pueden decir de muchas maneras sin llegar a hacer daño.
Saludos
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